Un
Comisionado “ilegal” y un Ministro de Cultura “atrapado”
Por
Miriam Ventura
Westchester,
NY.-A los dominicanos nos educaron para no decir la verdad. Decirla por ejemplo
respecto a los dominicanos de la media isla y los de NY, decir, que estamos
enfrentados en el plano político y cultural, es casi un delito.
Conocemos
poco de lealtad. No es un secreto que los dominicanos que llegan de RD para
estudiar y establecerse en NY, muchas
veces obtienen las mejores condiciones para estudiar, no atravesar los obstáculos
de nuestros hijos nacidos y criados en Estados Unidos, ya que además de llegar
con recomendaciones gubernamentales, padrinos bien conectados, son las universidades
con sus facilidades internacionales las que garantizan la mejor plaza. Se
conoce en los pasillos universitarios el tirijala entre estudiantes dominicanos
de RD y estudiantes estadounidenses de origen dominicano.
Ciertos
valores nos resbalan como cascara de guineo, la solidaridad, cuando la damos lleva precio, factura de
cobro.
Si
señor aunque disguste está latente que dominicanos pensantes de Estados Unidos estamos
enfrentados a los de la isla, competimos, sutil o descaradamente, aunque se
calle y se maquille con concursos ultramarinos, con premios organizados por
entidades que no son más que centros de vigilancia como Funglode, con entidades
culturales homogenizantes, que pretenden hacernos depender culturalmente de sus
eventos, ferias de libro cascabeleras, etc. etc. etc.
A
esa dominicanidad que intento desnudar aquí le agradezco lo anti-crítica que puedo
llegar a ser, lo poco dada a elogiar y a
no ser bondadosa con los amigos y
enemigos. La mentira es una mueca que
la cruz de la bandera nos ha dejado como herencia.
Aceptamos solemnemente
como dominicanos sometidos, la
mentira, la mueca y la cruz como tripleta falsa de una identidad impuesta Les
damos vida a nuestros grandes mentirosos y mentirosas, somos sus cómplices,
acudimos al show del coliseo cultural, político y mediático, ofrendamos aplausos
a unos gladiadores bífidos, de mala leche, con ínfula de todo, carentes de
vocación para servir a los demás, ignorantes de la belleza que no sea la
impuesta por los patrones sociales, una raza y un color. Aplaudimos su
indignidad y la falta de honor de esos gladiadores bífidos.
Bajo
silencios, concesiones de gabela,
expectativas de grandes jornadas, apuestas, y más que nada correctivos, preferí
sentarme en la terraza a contemplar el show; seguí voces contestatarias en
espera de mas, pero al parecer se le agoto la inventiva a esas voces.
Es
desde este planteo aunque con retraso, y cercana a una revisión crítica que me
hubiera gustado que el Ministro de Cultura José Antonio Rodríguez, dijera
públicamente y no en privado que el Comisionado Dominicano de Cultura era una
“ilegalidad”,-yo le llamo irregularidad- sobre todo, sigo a la espera de los
resultados de auditorías, gestiones en relaciones exteriores, cancillería y otros
organismos que según el Ministro clarificarían el “estatus “del Comisionado.
Más
confuso no puede estar el panorama para el Ministro José Antonio Rodríguez y
para quien esto escribe sencillamente el estatus de su panorama tanto en el
Ministerio como en lo que respecta a entidades de su dependencia como el
Comisionado, sencillamente marca un stop en mi silencio.
Repito
está confuso el panorama para el Ministro de Cultura cantautor, José Antonio Rodríguez,
ya que este no puede con los líos del patio grande, mucho menos con los que se
generan en la casa chiquita (Comisionado de cultura en NY) En las narices del Ministro varios bandos
enfrentados al interior y fuera del ministerio, una verdadera lucha por el
poder político, partidista y cultural se desata en cada una de las dependencias
del Ministerio. Lucha de poderes en las cuales está activo el mismo Ministro al
emitir una circular a todos los vice ministros, coordinadores de dependencias,
para que nadie absolutamente nadie de declaraciones en público sin el permiso del alto funcionario cultural.
E incluso se llego a hacer sugerencias de bajo perfil de algunos vice ministros
para que no se comuniquen con ciertos periodistas.
El
hecho de que José Antonio no pueda cancelar los empleados del ex Lantigua, confirma
las voces que aseguran la existencia de un pacto secreto para no volar cabeza.
Una retahíla de viceministros de la pasada gestión, cobrando su salario,
algunos en espera de jubilación y con unos coordinadores jerárquicamente por
encima de ellos y nombrados por el Ministros, y que también cobran, lo que
cierra la posibilidad de una apertura presupuestal en beneficio de un Comisionado
aguajero y ensalzador de la diáspora.
El
Comisionado Carlos Sánchez lo ha dicho en público y en privado “no estoy en buenos
términos con el Ministro”, Ambos Ministro y Comisionado son dentro del
gobernante Partido de la Liberación Dominicana PLD, de la misma tendencia del
Presidente Danilo Medina.
El
enfrentamiento no tan solapado al menos en el plano cultural, se refleja en el
presupuesto, en la eficacia con que se pagan los salarios de alla y no los de aquí
(Comisionado de cultura) en la cantidad excesiva de libros que la Editora
Nacional tiene pautada para la Feria del Libro de este abril. Cerca de 40 títulos,
creo que es el único Ministerio que se lanza a la aventura poco profesional de
publicar tantos libros para una Feria, y lo peor es que de ese arsenal, solo
dos escritores de la “diáspora” dominicana serán publicados, y tal vez se deba
a que fueron premiados por el concurso de Ultramar...
No
cabe duda que los peledeistas se las traen para mantener su boca cerrada. Y tal
vez las bocas del resto de la “nación” y un alto porcentaje de bocas de esa “diáspora”
cultural de NY, especialmente la que toma café con el Comisionado Sánchez, gana
concursos con jurados muy particulares. Una pregunta: Cuantas veces el Ministro
de Cultura José Antonio Rodríguez ha visitado los cuarteles del PLD en NY?