9/13/2014

Desde las gradas






Desde las gradas






Westchester, NY.-La historia está llena de grandes rechazos, indiferencias, y maltrato a personas, artistas, pintores, músicos y escritores quienes después, pasado un tiempo, le dieron “con el cubo del agua” a la historia. Desde Babe Ruth, beisbolista, Truman Capote, escritor -a quien Robert Lee Frost, otro escritor, lo hizo cancelar de la revista New Yorker, Elvis Presley, a quien su supervisor de concierto, lo convoco a trabajar como camionero, Claude Monet a quien la critica condeno reiteradas veces, calificando sus obras de “feas” y “sin forma”, hasta una enorme lista de escritores que podríamos citar aquí.

Ningún escritor deber sentirse mal por ser rechazado por la crítica, sus compañeros escritores, las editoriales, los festivales de literatura, poesía o conferencias multidisciplinarias sobre arte, mucho menos por los poderes del establishment, los gobiernos, la academia. Es un mal común el rechazo, el olvido, la indiferencia a los grandes, así lo confirma la historia y algunos nombres a continuación:

Emily Dickinson, de un total elevado de obras, solo doce poemas suyos fueron publicados en vida, Gertrude Stein, la mujer de la “rosa siempre será la rosa” espero 22 años para que le publicaran un poema. Marcel Proust, tuvo que pagarse, es decir auto publicarse sus propias obras, en tanto Stephen King fue rechazado 30 veces antes de ser publicado y James Joyce rechazado 22 veces antes de ser publicado. George Orwell, también rechazado porque supuestamente en USA, no había mercado para historias de animales y E. E. Cummings, rechazado por 14 publicadores.

Por su parte William Faulkner,tuvo que soportar que su obra Sanctuary fuera calificada “unpublishable” (no publicable)., mientras Paul Cezanne,  soporto estoicamente que los grandes salones de Paris le rechazara todos sus propuestas por cinco años consecutivos, y si nos detuviéramos en la plástica exclusivamente notáramos que lo de Vincent van Gogh, no tiene parangón; abusado en un asilo, renegado por la familia, y rechazado por la crítica, asimismo Edouard Manet, pintor francés, excluido de las exposiciones parisinas por burlarse de la sociedad francesa conservadora, y por su uso del desnudo directo, pero cruzando de la plástica a la literatura encontraremos al creador del Teatro de la Crueldad, Antonin Artaud, igualmente rechazado, excluido, condenado a experimentos siquiátricos y con cáncer intestinal. En ese mismo ámbito teatral Steven Spielberg  sufrio el rechazo en tres oportunidades de parte de Southern California School of Theater, Film and Televisión (Escuela del sur de California de Teatro, Film y televisión).Pero otro caso llamativo es el de Lucille Ball, constantemente instigada a buscarse otra profesión que no fuera la de ser actriz. Ay, que va, y la bella Lucy, ahi! hoy la honra Amárica y la industria cinematográfica. Ironías!

Y eso es sin incluir a Bill Gates, Steve Jobs y Walt Disney, así como el caso emblemático de Sócrates en la época de Grecia, mucho antes de Cristo, pensador e innovador condenado a la pena de muerte, acusado de inmoral y corruptor de la juventud.

Ningún escritor debe darle importancia al rechazo, la exclusión, a la indiferencia porque a estas alturas han sido muchos los golpes de pecho que han tenido que darse las universidades de Latinoamérica y Estados Unidos- lo vimos con Allen Ginsberg, y la generación del Beat, y especialmente la Escuela Politécnica de Zúrich en Alemania ante Albert Einstein.

Sencillamente es parte de la historia, que algunos poetas, escritores, tunantes de la poesía y del espectáculo literario se roben el show en los grandes festivales, lecturas, ferias de libros, lobbies literarios mientras los verdaderos poetas, los creadores auténticos, los miran desde las gradas.(MV)