1/08/2015

“Compadre Pedro Juan baile el jaleo”









Por Miriam Ventura

Westchester, NY - Con perdón de las damas y caballeros de la pista, pensándolo bien, para decirlo al ritmo de Chanflín, quien con sus medias turistas parece una artista, no somos un país de plumas y papeles, aunque la comparonería se haya aposentado en la larga cosecha de los vates de la isla. Quién dijo que somos enteramente una nación cultural? Lo que sí somos es un país de güira, tambora y acordeón.
Para no cogerlos sentados, ni ofender la sensibilidad de los narices paradas de la intelectualidad criolla, a propósito del nuevo ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, este artículo va en la onda de Fulanito y anuncio que lo que sigue es gozadera total.
En función de ello queda prohibido terminantemente recibir a turistas y ausentes en el aeropuerto Internacional de las Américas con poetas escoltados y cantes de blues y nueva trova. Mediante el presente artículo se reintegran a la vida nacional La Mulatona, el Negrito Ahí y el Guardia con el Tolete.
A partir de ahora, a mover la colita no en el país cultural invención de componedores de versos, editores enganchados y publicistas sin pagos en el terruño corporalmente gozoso, de modo que Compadre Pedro Juan se armó el jaleo, compadre Pedro Juan saque su dama... para bailar un merengue apambichao.
Se prohíbe a los bancos nacionales crear departamentos de cultura para poner a cobrar a poetas partidistas sin oficio, desahuciados y sin licencia ni siquiera gramaticales; por el contrario, se insta a toda institución bancaria a abrir casillas nocturnas de préstamos populares para fines festivos a fin de que la cumbancha pueda pagar al menos la tercia de orden y su entrada a los after hours que han de sustituir los atrasados colmadones, ya que el país cumbanchero se lanza por la línea de internacionalizar su contentura.
Se prohíbe leer, especialmente lirica triste. Las autoridades nacionales no han de oponerse a que suene “Pónmelo ahí que te lo vuá a partí”, y todo aquel sorprendido a son de jazz, blue, merengue clásico, versos del pensar, música de burós culturales y otros adefesios literarios, quede entendido que los tales serán considerados cuerpos del delito.
Se aconseja no leer a deshora a los Enriquillo Sánchez, Manuel Rueda, Pedro Peix o Franklin Mieses Burgos y otros clásicos de la erudición, si las obras objetos de lectura no vienen acompañadas de los manuales de baile de Tatico Henríquez, Wilfrido Vargas, las Chicas del Can, Milly y Jocelín y sus antiguos vecinos y demás especies del sabor con que el dominicano ha celebrado su cuerpo, su palabra y sus ritmos.
Se limita a partir de ahora todo ejercicio de artistas auto considerados visionarios, y a la nueva trova pretenciosa con tal de dar paso, plenos poderes y vigencia a todo lo que tenga visos de perico ripiao, beba y baile en la calle de noche y baile en la calle de día. La muchedumbre quiere cantar y rumbear al son de “Guayando”, guayando...
Basta de que la cultura se siga considerando un entierro clásico y se declara a partir de hoy más cerca del can, porque nos gusta el can, que nos gusta el can. En tal virtud queda incorporado a desde este momento al Ballet Clásico Nacional, el baile en una botella que tan magistralmente practican nuestras beldades en colmadones de las barriadas en una muestra de malabarismo proverbial
Porque todo progreso siempre se ubica a distancia de las crisis del terruño queda en manos de la dominicanidad viajera establecer las reglas del juego del ritmo que desean bailar y por ello se levantan las prohibiciones pasadas interpuestas contra Fulanito. “Te voy a dar una cuchillada de amor”... no será más la transgresión declarada por la Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía, pasando a ser, porque así lo dicta el presente artículo tarareo obligado que han de aceptar las feministas del patio truene, llueva o ventee. Así mismo, los Toros Band han de volver a entrar como Pedro por su casa, pues al fin de cuentas son quisqueyanos como los que no han logrado visa.
Por último, se suspende hasta nuevo aviso todo plan que contravenga el espíritu de este artículo y se posterga en el ministerio de Cultura de la República toda publicación de libros que nadie lee, porque no circulan al carecer de sistemas de distribución, parrandas internacionales sobre todo ante los altos costos del euro, Ferias inundadas de caras extrañas, nombramientos de calles por un día, en virtud de que tomando en préstamo las palabras del gran Tatico Henríquez, “la miseria está acabando”...
Y si el doctor Balaguer, en una de sus rabietas dictatoriales llevó los restos de Pedro Santana al Panteón Nacional, al menos para complacer a nuestro último Papá, los dejamos en voz de Rafaelito Martínez, con este merengue también prohibido General Trujillo Molina, viva el jefe... Y ahora, rompan fila.

El periodismo que los dominicanos de NY nos merecemos

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Por Miriam Ventura
Westchester.-Sí existe una poética del periodismo, no en vano Octavio Paz afirmó que “la buena poesía moderna está impregnada de periodismo”…muchos episodios y páginas insignes de autores como Gabriel García Márquez, Stéphane Mallarmé, Ernest Hemingway, Truman Capote y Mark Twain, -por solo citar algunos-, así lo confirman.
No refiero aquí el discurso de la neutralidad (argumento neoliberal de los medios de comunicación en tanto empresas), tampoco, aquel que me convoca a trastornarlo todo…
Para ilustrar la primera idea dada aquí, y problematizar los caminos del periodismo simple, del trabajo reporteril, de la mayoría de los periodistas dominicanos en NY, en detrimento de la existencia de una poética del periodismo, digamos que me lanzo en beneficio del dato, del retrato momentáneamente profundo de los hechos, fiel a la narración al estilo de Truman Capote y en duda intrigante(aunque reconozca los beneficios de la veracidad testimonial) de lo que muy bien hizo la escritora Elena Poniatowka en La noche de Tlatelolco, con su reporte de la masacre de los cientos de estudiantes de la Plaza Tlatelolco, en México.
Testimonio válido pero no preponderante de una poética periodística, porque aunque su relato tiene la percepción humana y vital del hecho de la masacre, nos deja desarmados de los elementos que complementan el “blue print” (azul impreso) del reportajismo.
Aspiro a que nadie se alarme, quien firma, ya hizo, desde la comunidad dominicana en NY, su cuota de periodismo de trinchera. Allá aquellos/as quienes no lo han notado. Hace rato que propuse el desarme de instituciones, agencias, entidades y grupos que so pretexto de aglutinarnos, “A sangre fría”, en un barril colectivo muestran las entelequias de lo que hace rato el viento se llevo, dejando solo un ejercicio adoquinado y de gremio…
Queda la internet “Link Journalism” (periodismo enlazado) o el periodismo de link, (del enlace) ,el periodismo interconectado acuñado por Scott Karp . Link Journalism aparentemente reciente pero que realiza por más de una década una gran labor de difusión. The drudge report , un site dedicado a la publicación de links de noticias realizadas por otros reporteros. Los organizadores hacen accesible estas noticias como un efectivo servicio de información que se actualiza constantemente a pesar de no realizar ninguna labor reporteril original.
Nos quedan escasos puentes donde el ejercicio de una poética del periodismo nos puede colocar frente a la humanidad que nos reúne.
Por qué no ofertar una conciencia en el hecho narrado, en el reportaje, en la corresponsalía? Un ejercer escritural literario periodístico que se debata entre lo genial-testimonial y lo periodístico literario.
Una oferta donde lo libre desarticulado de la información sin ton ni son, solo con las herramientas del buen contar, logren como Truman Capote, en A Sangre Fría, depositar a sus reportajes una lógica literaria, antes que la periodística o en una cuota de perfecto balance, tal como lo hizo García Márquez en “La historia íntima de una manifestación de 400 horas” o en El Naufragio, o en el artículo “Un personaje singular en Bogotá…”. Tanto este autor como Truman Capote y otros de su estirpe, se comprometieron en las historias. Ese y no otro debía ser el compromiso del periodismo de hoy del periodismo de los dominicanos de NY. Generamos tremendas historias por estar en el imperio, insertados, dirimiendo, coexistiendo, construyendo bidireccionalmente…
De no suceder, aquellos que en la comunidad dominicana de NY se hacen llamar periodistas y/o comunicadores a quienes, incluso los medios de RD, les facilitan el brinco por el viaducto, sin pedir más allá –nótese- no uso exigir, (dichos medios no pagan para ser servidos periodísticamente bien) _, nos seguirán condenando a un periodismo barato, dictado por el pluriempleo y la supervivencia. De no ser el periodismo de colaboración y vigencia debería ser digno, sin búsquedas ni puñaladas traperas.

No cabe dudas que en éste aspecto estamos iguales aquí (NY) y allá (RD), con sus raras excepciones. Otra imposibilidad mas para que el periodismo de los dominicanos de NY lo ejerzan quienes reniegan asumir una posición diaspórica y/o transnacional, no sin cierto cinismo conveniente en aras de un liderazgo periodístico que están lejos de tener.