9/30/2017

Son de cartón





Por Miriam Ventura

Westchester NY. - Son de cartón, las imitaciones de imperialismo cultural, la tendencia masificadora de una “literatura” de autores al vapor nacidos por obra y gracia del gobierno dominicano, sus instituciones culturales, centros de poder y premiación, mismo que disemina y promueve en la isla y en NY.
Sin acercar la literatura a eso que llaman “elité”, tampoco la masificación de la literatura es la solución. Aquí masa y elité puede discutirse, en varios terrenos.
En White Plains, ciudad asiento de Westchester County, existe un salón de belleza con un portentoso piano que se advierte desde fuera. Cruzando por allí sentí curiosidad, procuré al dueño, quise socializar. Me interese por el decorado y, su propietario satisficio mi curiosidad.
“Aquí hacemos arte, música, literatura” Galante me dio un tour. Al fondo, antes de llegar a los lavadores, una estantería con libros de Proust, James, Whitman, Baudelaire. etc.
“Trabajamos con el buen arte de conversar y acentuar la belleza de nuestros clientes de la mano de la música y los buenos libros”. Una vez más me queda claro que las bibliotecas, las librerías y los museos no son los únicos propietarios del arte de la ciudadanía. Aquí los límites de lo que es elite y masa entra en etapa veta.
En el ámbito estrictamente literario, librerías como Barnes & noble combinan algunos de los factores de la masificación, con sus espacios para la música, y o lo estrictamente escolar. Aquí nada es de elite, pero todo es de elite a la hora de negociar la venta, o distribución de la buena literatura en sus tiendas.
Un proceso interminable con sus requerimientos para la distribución obnubila a los autores latinos publicados por editoras o Ministerios de cultura de su país de origen y hasta a algunos autores nativos. Esa elite sin elite lleva a Barnes & Noble y a otras grandes cadenas de librerías estadounidenses a negarse a negociar con autores publicados por editoras gubernamentales fuera de Estados Unidos.
Negativa apoyada indirectamente por Ministerios de Cultura como el de Republica Dominicana; sus defectuosos procesos de ISBN, su falta de iniciativa para abrir mercados reales de distribución en Estados Unidos, es decir la falta de distribuidores estadounidenses para fomentar el mercado y la distribución del libro de los autores que ellos dicen representar vía consulado, comisionado de cultura, etc.
Se reduce a mito la Editora, el Comisionado de cultura, a secta, cuando no a un haren o unas ferias y unos concursos literarios hechos a la medida de una comunidad que ignora su propia condición de gueto.
Pero en esta etapa del imperialismo, el negocio del libro es una vorágine. Distribuidores, vendedores, editores, libreros todos reconocen la importancia de la literatura, pero todos saben cómo trazar pautas y montar límites a la buena literatura.
Saben que, si todo el mundo se convierte en escritor, restan valor a la literatura, la devalúan, y es mejor colectivizarla porque eso conviene a los distribuidores. gobiernos, imperios, a los sistemas, seudo democráticos, o democráticos cosmetológicamente, o regímenes de ideologías asistidas. Cuando los gobiernos favorecen la masificación del escritor, de la literatura, están favoreciendo copias falsas para opacar a los verdaderos escritores todo con fines comerciales de redistribución y suplantación. Una meta abarcadora: Hacer que el pensamiento intelectual disidente, que los autores no afines con la literatura gubernamental, de estado agachen la cabeza.
Que impresionados por tanto pantalleo youtubeano, mentorías falsas que ocultan verdaderas y nefastas relaciones, se coloquen bajo el aislamiento preventivo
Los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana han hecho bien su trabajo, desmantelar cualquier movimiento cultural disidente, toda literatura seria y han creado ídolos falsos, falsos poetas que ganan premios, son asiduos a los concursos, los viajes, canes de feria, y al no pase de factura ante la falta de una crítica seria que los confronte, en fin de un periodismo cultural que les cante sus verdades por el bajo nivel cultural que entregan en sus obras y en las entrevistas que les propicia la oficialidad. Estos autores se pasean en lo fácil y hasta se atreven a ser entrevistadores, testimoniantes, consejeros, psicólogos y maestros en las escuelas del gueto.
Por ello el éxito de la literatura pantalla, del camuflaje de género. Tantos autores creando fanfiction con temas y títulos de autores contemporáneos y de épocas pasadas.
Se está haciendo cada vez más, crear una historia basada en otra historia ya creada dándole vida con caracteres originales del primer y segundo autor. ¿El nuevo género? “Fanfiction”. Se hizo en Japón, pero en Estados Unidos es un fenómeno más o menos nuevo.


 El gobierno dominicano, los gobiernos del PLD están creando falsos ídolos en la literatura. Algo que salva al Estados Unidos imperialista es que no lo hace abiertamente como gobierno, sino a través de sus empresas editoriales con tecnicismos y reglas de monopolio editorial.
El gobierno dominicano se adelanta vía su Comisionado de Cultura, como si fuera una empresa norteamericanas del imperio, produciendo literatura masificadoras, diseminando la ignorancia para controlar la economía del libro, para controlar a los autores que así se dejan o que su punto de mira se queda corto políticamente hablando.
Como su mira, como las imitaciones de imperialismo cultural del gobierno dominicano, como su literatura, también son de cartón




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