(slice of life)
Miriam Ventura

Un residente de la villa que no se
parece a mi. Tampoco es que me parezco a la mayoría de los residentes de Pelham, nada que ver. Los días en que la yerba esta a sus anchas y en sus
buenas, son precisamente los días en que soy como alma en pena,
porque con mi millón de alergias me tengo que encerrar en casa.
Aquella tarde, un Junio como ahora, pero en el 2018, agarré el
colirio, las gafas y un protector de boca y nariz, iba rumbo al
desafío con Doña Canon al hombro. Crucé los parques, desafié los
árboles, la "yerba", todo, asi que de estornudo en estornudo "to
me jedía y na me olía" rompí el encierro aterrador de los
seres asmáticos histamínicos. En el camino me encontre con
su presencia.
El, a quien bautice como Teodoro, “el
conejo de la villa de Pelham” disfrutaba de un banquete
inigualable. Deboraba a toda máquina toda la grama a su paso
mientras a mi el olor de me mataba. Recuerdo esa tarde, era jueves. Le
ví comer tanta y tanta grama sin inmutarse por mi presencia, sin perturbación, sin un solo estornudo, comer a cuerpo de rey, asi
que me dije "joder confórmate" Miriam. Entonces retorne
sin quejas a la casa de cristal que habito. En el camino me tomé un
haagen dazs. Me supo a gloria!