5/18/2017

Anti-diaspora





Por Miriam Ventura

Westchester NY.-La condición de exiliada la adquirí desde aquí, no al salir de Quisqueya, aunque pensándolo bien en mi cerebro no cabía en ese entonces de tiempo en que salí, o mejor dicho no era capaz de recibir y procesar tantas situaciones y despropósitos políticamente hablando, pero una vez aquí y consciente de que puedo y tengo todo el derecho de adquirir identidad propia no impuesta por límites geográficos, entonces emprendí mi propia búsqueda y experiencia.
Intente volver a Quisqueya dos veces para reencontrarme, no fue posible porque políticamente RD tomo los derroteros que los partidos del sistema querían, entonces ya me declaro en exilio… que necesariamente no es ser una exiliada”, sino una disidente política y una transgresora cultural pensante.
Es decir, no forme parte de ningún éxodo, partí de una nación establecida con sus límites y fundamentos. Y como dominicana estoy en pleno derecho y capacidad de entender y procesar todas las veces que sea necesario mi condición de exilio.
No provengo de un país creado a imagen y semejanza mía, no formo parte de un conglomerado de dominicanos, perdido en el espacio, dispersos, que habla un solo idioma, que ama a un solo Dios, que profesa uniformemente una sola religión, no, no señor yo provengo de una diversidad (aunque el Estado , los gobiernos y sectores intelectualizados y de poder lo nieguen y manipulen) provengo incluso de mutaciones más allá de los cuatro puntos cardinales de La Hispaniola, me explore e investigue a mí misma y cada dominicano debe hacerlo para que se deje de tanta fanfarronería con el etnocentrismo, la africanidad confusa, el tainismo snobista.
Cada uno debe pedirle explicación a su ADN para saber quién es exactamente. Yo lo hice por tanto no soy Diáspora, hace más de una década que me siento intelectualmente exiliada de mi país de origen, del pensamiento dominicano intelectual de la isla y de los que siendo dominicanos y no están en la isla, sino aquí o y en cualquier lado del mundo, siempre estampando el mismo atraso cultural en su pensamiento, el atraso que muestran amplios sectores de RD.
Creo que ser diáspora es una comodidad y un victimismo que saca amplias ventajas a todos los gobiernos de turno, incluso a nuestra permanencia y raíces en EEUU, sin que ayude esto a desarrollar un pensamiento y visión más de avanzada sobre el que se va y el que se queda en un territorio, sobre la propia historia y razón de permanencia.
Además es una contradicción y un oportunismo de sectores intelectuales y culturales y académicos propagar diasporismos, mientras se sostiene una dominicanidad ilusoria y sin razón de ser, a los puertorriqueños lo he dicho les luce hablar de puertorriqueñidad, son una colonia y hay un pensamiento de gran alcance de estos compañeros y compañeras caribeños que justifica cientos de elementos y técnicas de combate en su proceso por la definición de la identidad y lo nacional, pero en el caso de los dominicanos el modismo de ser diáspora conlleva victimismo, la dominicanidad es un desparpajo gigante, puesto que si son diáspora , y andan dispersos y diseminados, lo propio conlleva a asumir que migración es lo mismo que diáspora. Y no lo es.
En trabajos publicados en el pasado, en medios nacionales de RD y de EEUU, he confrontado y cuestionado el calificativo de diáspora para los dominicanos de acá, usa.
Nada más falso, porque contrario a una diáspora, manejada desde el país emisor o en el país receptor desde sus organismos gubernamentales y diplomáticos tal cual ocurre con RD, su Gob., su ministerio de turismo, de cultura, el consulado dominicano el comisionado de cultura etc, una comunidad migracional, transnacional, deja huellas traza cambios, establece críticas, acciones que condenan al país de origen y sus estructuras de poder. Así como la propia permanencia en el país receptor.
Se ve en NY lo difícil que le resulta muchas veces a los gobiernos dominicanos imponer sus criterios a los que residen fuera del país, claro está, los manipulables siempre serán aquellos partidistas que creen ciegamente en sus partidos, pero no todos los dominicanos estamos en los padrones electorales del PLD, PRD, PRSC e incluso en las izquierdas light cuya representación tenemos en el Alto manhattan al por mayor y detalle.
Me identifico como transnacional, porque mi voz cuenta no en la cosmetología del voto, sino del quehacer distinto, del modo de enrolarme, de aportar con pensamiento , palabra y obra, con mi acento permanentemente controversial para que no me impongan nada ni allá ni aquí. Es transnacional quien cambia los roles, quien invierte como lo hacemos nosotros vía remesas, vía colaboración permanente y solidaria con el país y nuestros familiares, creando un valor agregado que en términos económicos debía bastar para tomarnos más en cuenta, no el jueguito partidista y de elecciones cada cuatro años, sino algo más constante y sonante...
Es la transnacionalidad lo que mejor define a los y las quisqueyanos, porque por encima de la insulsa diáspora, todo lo hacemos pensando en un país existente, aun sea el de nuestras memorias. Claro, pero conviene más la diáspora es más fácil para que los gobiernos y sectores nos manejen como dadiva, como ciudadanos de cuarta categoría, lo que somos cuando llegamos al país, cuando se nos estafa en los consulados por los servicios consulares. Cuando la justicia dominicana obstruye los casos penales y civiles de los dominicanos de NY, obtemperando solo a favor de los de la isla. Así que quien no se las quiera ver conmigo de tú a tú que no me llame DIASPORA, ah palabra fea…
Y por eso sigo excluida de la academia donde hay dominicanos haciendo cultura y literatura, porque entrado el milenio a más de un dominicano de la “academia”, le desmonte el discursito diasporico, que no perseguía más que establecimiento y movilidad social dentro de esa academia, la creación de instituciones para fragmentarnos y crear etiquetas entre los trabajadores culturales de origen dominicano en la nación americana.
¿Se notó con el tiempo que ese era el objetivo, o no? Invito a pasar revista, a ver dónde están los promotores y vendedores de la condición diasporica de los dominicanos/as de NY. Y donde están los que se dejaron llevar como caña pa’ ingenio. A ver si no mezclaron a mansos y cimarrones sembrando en un supuesto "promover nuestra literatura", así sembraron una arrogancia innecesaria y unas apetencias por ser y salir del anonimato cueste lo que cueste, caiga quien caiga.
Y la peor parte se la lleva la poesía, la historia, el ensayo, la novela, la literatura y hasta el periodismo ya que en su nombre cientos de “escribidores y escribidoras” han encendido unas apetencias por “brillar” por ser celebridad literaria. El necesario proceso de decantación está cada vez más lejos. Que “Dios nos agarre confesao”. (MV)

Notas o resumen mi posición anti diasporica desde más de una década. La grafica muestra el trabajo 2 de tres entregas, visión que aun sostengo y que he pulido conforme pasa el tiempo y confirmándose algunos de mis pronósticos.

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